Lo bueno de hacer tartas, galletas y todas estas cosas que a casi todo el mundo le gustan (porque como solía decir mi padre: "A nadie le amarga un dulce"), es la alegría que te embarga cuando ves las caras de quien las recibe y hacer felices a otras personas aunque sea por breves instantes.
La verdad es que no tiene mucho mérito porque están destinadas a celebrar cosas buenas que nos pasan y siempre se reciben en momentos alegres. Creo que eso es lo que a mi me produce la adicción que ya tengo declarada y que hace que la mayoría de mi tiempo libre lo dedique a esta actividad. Aunque a veces me digo: Tengo que parar, tengo que parar. Pero cuando te pasan cosas como lo de ayer pienso... ¡Merece la pena!.
Bueno, pues esto es lo que os quiero contar:
Ayer sábado, se celebró la boda de María, para la que hice una tarta de despedida de soltera. Para quien no se acuerde se encuentra en este enlace: EL CARPINTERO Y LA PERIODISTA.
A media tarde recibo un WhatsApp de mi amigo Pedro, que estaba en la boda.
En el mensaje, esta foto:
Por si alguien no ha entrado en el post, os diré que la foto que aparece en la tarjeta del menú pertenece a la decoración de la tarta que hice a María para su despedida. La coloqué independiente de la misma sobre un disco de cartón para que, si quería, pudiera conservar los muñequitos durante algún tiempo.
Pues esto es lo que quería contar hoy, que me llevé una gran alegría al ver que gustó de veras la tarta, si no, no estaría presente en un día tan importante para ellos....
Muchas gracias a María e Iván por este DETALLAZO, espero que no os importe que cuente esta historia a todo el mundo, ¡con foto incluida! XD. Pero es que me ha emocionado y necesitaba compartirlo...
¡¡¡ Deseo que seáis muy felices en este camino que habéis comenzado!!!!
