Es la primera vez que hago galletas de jengibre, y madre mía lo que me ha costado que me salgan un poquito regular...
He tenido que hacer tres hornadas hasta cogerles el punto. Las primeras se me quemaron, pues es difícil controlar el horneado ya que el color es tan oscuro, que no se ve si están doradas por las orillas, que es la referencia que yo suelo tomar para hacer galletas...
Resultado: Galleta rica, pero con un ligero sabor a quemado y un poco dura
En las segundas que hice puse una cucharadita de bicarbonato, como ponía en la receta (la primera vez se me olvidó), y en el horno empezaron a crecer de una manera que casi se la tapan las ventanas a la casita..
Resultado: Galleta muy rica, pero no sirve para decorar.
La tercera vez, no puse bicarbonato, y tuve mucho más cuidado con el horno, aunque creo que me pasé con la melaza, y me quedaron muy oscuras. Pero sigo sin poder montar la casita, ya que se me olvido hacer una galleta grande para la base.
Resultado: Galletas riquísimas, con un sabor delicioso a regaliz, y crujientes aunque un poquito pegajosas (debido al exceso de melaza),
espero que me sirvan para montar la casa de jengibre cuando haga otra hornada, si no se me olvida hacer la base (el rectangulo grande que aparece en la foto es para una mitad del tejado).
A ver si esta vez a la cuarta va la vencida y consigo enseñaros mi casita decorada...
RECETA DEFINITIVA:
200 g. de azúcar blanco
100 g. de azúcar moreno
230 g. de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo
85 g. de melaza (miel de caña)
350 g. de harina de reposteria.
1 pellizco de sal
2 cucharaditas de café de jenjibre molido
1/2 cucharadita de café de muez moscada rallada
1 cucharadita de café de canela molida
Tamizar la harina con la sal y las especias.
Mezclar el azúcar blanco con el azúcar moreno y la mantequilla. Cuando esté bien integrado añadir el huevo y seguir batiendo para seguidamente añadir la melaza. Mezclar todo bien, y por último añadir la harina que teníamos tamizada. Se obtiene una masa un poco blanda por lo que antes de formar las galletas la hay que dividir en cuatro partes, y meterla en la nevera envuelta con papel film hasta que se haya endurecido.
Para estirar la masa es conveniente utilizar dos hojas de papel de horno, porque si no se pega en el rodillo. Colocar las galletas en la bandeja sobre el papel y antes de hornear dejar reposar en el frigorífico unos 30 minutos.
Yo las horneo unos 13 minutos a 180º, con el horno precalentado.
¡¡¡ deseo que os salgan a la primera !!!